La
mejor forma de tomar en cuenta al beneficiario es hacerlo participar en el
proceso. Si los padres de familia y la comunidad son beneficiarios del quehacer
de la escuela, es importante lograr su mayor participación.
El
aula es un atractivo punto de partida para comenzar a propiciar la participación
de los padres. El maestro puede hacerlo tomando en cuenta la realidad
comunitaria en el aula, logrando que los padres participen en la creación de
ambientes más propicios al aprendizaje. Dialogando con las familias de los alumnos
que tienen problemas especiales de aprendizaje. Encontrando maneras de que la
comunidad se vuelva maestra.
La
experiencia ha demostrado que los esfuerzos por lograr la mayor participación
de padres y comunidad se traducen en mejores niveles de aprendizaje de los
alumnos. Al mismo tiempo, aprenden los padres, y nosotros como maestros nos
enriquecemos.
Comentario: Cuando nos referimos a la comunidad en sí, se pretende involucrar
en mayor proporción a los padres de familia en la educación de los jóvenes, ya
que como vimos en clase con la presentación del programa Contra la Pared, en
muchas ocasiones se desentienden de ellos, lo que genera un retroceso en el
desarrollo del niño, también se quiere invitar a otros sectores de la sociedad sin
que precisamente sus hijos estén estudiando
debido a que es importante que todos apoyen al mejoramiento de la
calidad.
Bibliografía:
Schmelkes, S.
(1995) CAPÍTULO XI.- LA CALIDAD NECESITA DE LA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD.
En: hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 101-116). México D.F.: Secretaría De
Educación Pública.
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