Un movimiento hacia
una mejor calidad del proceso educativo requiere la involucración activa de
todos los agentes implicados. Director y maestros tienen que compartir el propósito
de mejorar la calidad, comprender que se requiere un cambio de actitudes, y
estar dispuestos a modificar sus actitudes y a ser consecuentes con esta
decisión de cambio.
Los resultados de una organización dependen
de las personas que trabajan en ella. Si se quieren mejorar estos resultados,
todos tienen que participar en el diseño y ejecución de los procesos que lo
hagan posible.
La verdadera
participación se da cuando hay equipos. El equipo vela por el objetivo común,
no por los objetivos individuales. El equipo se complementa, se forma y se
refuerza. El trabajo en equipo hace que una persona compense con su fuerza la debilidad
de otra y que todos agucen su ingenio para resolver las cuestiones que son de
todos.
Los equipos deben identificar el problema,
conocer sus causas, diseñar soluciones, vigilar su puesta en práctica, evaluar,
evitar que se vuelvan a presentar situaciones que conduzcan al proceso
anterior, y buscar nuevas formas para lograr niveles aun mayores de resultados.
Todos los problemas de una escuela son
susceptibles de ser atendidos a través de equipos de trabajo, o círculos de
calidad. La condición es que haya mecanismos continuos de comunicación entre
los equipos, y un apoyo constante y estimulante de parte del director de la
escuela.
La comunidad educativa no está compuesta sólo
de maestros. El ella participan los alumnos, los padres de familia y la
comunidad como un todo. Es altamente recomendable incorporar estos miembros a
los esfuerzos colectivos por mejorar la calidad.
Es quizás
conveniente, en la mayoría de los casos, comenzar un proceso de mejoramiento de
la calidad a partir del personal docente de la escuela. Pero es altamente
recomendable que, muy pronto en el proceso, se vayan incorporando alumnos y
padres de familia que voluntariamente deseen participar en el proceso.
COMENTARIO: En el proceso educativo todos los individuos que
participan deberán de actualizarse constantemente con el fin de unificar
criterios, técnicas e identificar todos aquellos factores que afectan la
actividad educativa para atacarlos. Una educación de calidad exige la
participación de todos los elementos que influyen en ella y su compromiso para
la mejora continua.
Nosotros como alumnos debemos poner nuestro
empeño para que la educación que se nos imparte sea de calidad, pero también al
momento en que nos convertiremos en futuros docentes, estaremos enfrentados a este
tipo de problemas y debemos saber detectarlos para buscarle una solución
inmediata, llegando así a tal grado en que haya un entendimiento mutuo y
nuestros alumnos puedan aprender mejor lo que les enseñemos.
Bibliografía:
Schmelkes, S. (1995) CAPÍTULO V.- LA CALIDAD DEPENDE DE
TODOS LOS QUE PARTICIPAN EN EL PROCESO. En: hacia
una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 55-64). México D.F.: Secretaría
De Educación Pública.